No sólo es importante
que los estudiantes sepan prestar atención al amplio mundo visual que nos
rodea, sino que también sean capaces de prestar atención al poder y los efectos
de las imágenes, que se plantean qué información nos trasmiten, qué pretenden hacernos
ver y pensar…Hay que enseñar a que el alumnado sepa mirar las fotografías y
entenderlas. En estos procesos se involucra lo racional, lo visual, lo
auditivo, lo sensitivo, lo estético, lo emocional.
La educación en las escuelas debe hacerse cargo de esta formación audiovisual para el mundo contemporáneo, se enfrenta al desafío de lograr que lo visual resulte tan relevante como la palabra escrita y sea reconocida como un estimulante para el intelecto. Para ello, la escuela debe ir más allá de la dimensión textual de las fotografías analizando también lo que tratar de decir.
Para instruir esta
mirada crítica y analítica de la imagen, es necesario prestar atención a varios
aspectos:
-El poder de las
imágenes.
Los alumn@s deben ser
conscientes del poder de las imágenes, y es que éstas son capaces de evocar
multitud de sentimientos, de pensamientos…las imágenes nos estimulan, despiertan
reacciones. Y es que son poderosos vehículos de transmisión de ideas y cumplen
muchas funciones como la de aportar información y conocimientos, generar
adhesión o rechazo, movilizar los afectos, proporcionar diversidad de
sensaciones, generar placer o disfrute…
-La polisemia.
Además las imágenes son
polisémicas, pues no sólo tienen un significado si no que su apertura a
múltiples significados hace que sean totalmente diferentes ante cada mirada,
ante cada espectador, que las interpreta
según sus conocimientos y experiencias, de ahí la magia de las imágenes,
podemos ver la misma fotografía pero ver mundos diferentes.
La polisemia de las imágenes puede llegar a explicar cierta sensación de falta de control o desorden en el trabajo pedagógico con ellas, sensación que es deseable animarse a transitar pues los resultados pueden ser insospechados.
-La relación entre
palabras e imágenes.
Una imagen vale más que
mil palabras, muchas veces una imagen no necesita de ningún otro apoyo para
expresar su significado, para llegar al espectador. Pero otras donde las
palabras auxilian a las imágenes para entender, explicar y hacer hablar a
aquellas instantáneas que parecen ofrecer resistencia al entendimiento y la
comprensión.
Las palabras y las
imágenes muchas veces están vinculadas, se cruzan, se responden, se desafían,
pero nunca se confunden. Por ello las palabras deben ser complementos de las
imágenes pero nunca cerrar totalmente su significado.
-La relación entre ver
y saber.
Nuestros saberes
configuran nuestras miradas por ello frente a una misma imagen no todos vemos
lo mismo. Pero también es posible que, ante una experiencia visual, nos
encontremos "viendo" más allá de lo que sabemos o de lo que
esperábamos ver pues una imagen puede cuestionar nuestros saberes y
desestabilizarlos.
Por ello para trabajar
las imágenes en la escuela hay que tener en cuenta sus poderes, que son
polisémicas, ya que no todos vemos lo mismo cuando miramos. Se trata, junto con
los alumnos, de enseñar y aprender a mirar, escrutando las imágenes desde
distintos ángulos, reflexionando, imaginando con y a partir de ellas.
Para trabajar en el
aula con una imagen se pueden realizar una serie de
preguntas que permitan al alumno ir analizando lo que ve e interpretándolo...
a) preguntas basadas en
la observación: ¿qué personas vemos en la imagen? ¿ qué características tienen?¿cómo
visten?
b) preguntas orientadas
a la deducción o inferencia al planteo de hipótesis interpretativas: ¿cuál es
el tema o problema representado? ¿por qué los sujetos ocupan papeles diferentes?
c) preguntas vinculadas
con el gusto, las sensaciones y/o las emociones personales: ¿qué les sugiere la
imagen? ¿qué sienten al verla?
d) preguntas asociadas
a aspectos cognitivos: ¿quién es el autor? ¿cómo es la técnica empleada por el
artista?
e) preguntas
motivadoras de la invención, la creatividad o la fantasía: ¿qué dicen los
personajes? ¿qué título le pondrías?
f) preguntas
proyectivas abiertas: ¿podía cambiar la vida del personaje, por qué? ¿cuáles crees
que son sus proyectos o sueños?
Enseñar a traducir lo visual es enseñar a aplicar estrategias de traducción para entender la didáctica de lo audiovisual. Es necesario para ello que los estudiantes sean conscientes de la importancia de los elementos visuales además de poseer los conocimientos y destrezas que les permitan "pensar visualmente".
Se puede enseñar a saber mirar, a ser analistas con las imágenes que se nos muestran, a ser capaces de entender más allá de la simple narrativa visual y adentrarnos en los significados mas profundos de cada imagen.
El docente debe saber mostrar esa parte oculta al alumnado, enseñarles a mirar más allá, guiarles en el camino hacia la captura personal del mundo.
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