La fotografía es una
gran trasmisora de valores e ideas y esta fuerza positiva puede ser utilizada
en las aulas como herramienta transversal dentro de la educación en valores.
Gracias a la fotografía
podemos abordar temas que pueden resultar conflictivos o que son más sensibles
para abordarlos con las herramientas tradicionales, la fotografía es un recurso
estimulante, cercano al alumnado y que por ello puede ser muy útil para tratar de forma innovadora los
valores. Por ejemplo podemos utilizar la imagen para concienciar a los alumn@s
contra la violencia de género o a favor de la igualdad, pues la fotografía
puede ser, además de bonita y artística, didáctica y sugerente, promoviendo la
reflexión y el diálogo entre los alumn@s.
En un primer momento,
la imagen impacta a la vista, también a la sensibilidad y a la emotividad del
espectador y el docente debe saber aprovecharlo para promover el trabajo en el
aula promoviendo que tras esa primera impresión haya una reflexión personal en
la que entren en juego tanto la razón, imaginación como la libertad.
Con este recurso el
docente tendrá la oportunidad de preparar a su alumado para el mundo real en el que han de viven, y de hacer
presente la educación en casi todo lo que
existe, con la fotografía podrá abordar la educación en valores
aprovechando todo su potencial de emoción, sentimiento, arte, y belleza.
En algunos casos, la
fotografía nos permitirá investigar los
problemas actuales de algunas realidades
del mundo, además de analizar los valores
que han sido trasmitidos a lo largo de la historia.
Así por ejemplo el
docente puede utilizar la fotografía para provocar la reflexión del alumnado y
ahondar en ciertos valores como el esfuerzo, la ayuda al prójimo, la lucha, la
solidaridad, etc.
La posibilidad de
integrarla sin dificultad al trabajo cotidiano de la clase es sin duda una de
sus mayores ventajas pues es un elemento habitual en la vida de los jóvenes y
podemos encontrar imágenes en cualquier espacio de la red o crearlas nosotros
mismos sin apenas esfuerzo económico (cámaras reflex, compactas, de teléfonos
móviles…) además de servir para la reflexión, puesto que brinda una
realidad llena de sentido, empujando al
alumnado a valorar, a plantearse ciertas ideas y prejuicios.
Y es que gracias a la
imagen se puede educar en valores, ya que, a través de ellas, se hacen
presentes ideales y aspiraciones que estaban ocultos, de forma que, una fotografía
puede convertirse en una invitación a llevarlos a la práctica.
El docente puede usar imágenes
que reflejen la necesidad de integrar a personas diferentes al resto, por
ejemplo de alumnos con necesidades especiales, para trasmitirles el valor de la
tolerancia, la cooperación, el compañerismo…
O la necesidad de la
igualdad de roles entre los diferentes sexos, matizando la importancia de que
tanto hombres como mujeres desempeñen valores similares por ejemplo en el
cuidado y educación de los hijos. El análisis y la reflexión deben formar parte
del visionado de las imágenes mostradas.
Para iniciar el
conocimiento de otras culturas y sus valores.
Hablar sobre la
igualdad de las razas, la tolerancia, etc.
O sobre problemáticas
actuales como la pobreza, concienciando al alumnado de las dificultades reales
de su entorno.
O valores más
universales como el amor incondicional, la alegría…
La fotografía es sin
duda una fuente inigualable de conocimiento y el docente debe saber aprovechar
esa fuerza para que el alumnado analice su realidad más cercana, sus ideas, sus
intereses y estereotipos y camine hacia un mundo más solidario.
Hay que iniciar a los
jóvenes en el análisis de su realidad de forma estimulante, motivando su
trabajo, dándoles un espacio para la reflexión y la creatividad, y dejando que
ellos mismos capturen su propio mundo.
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